Camino soñolienta hacia la cocina, pasando las manos por mi rostro. Sin mirar a mi alrededor, me detengo frente a la nevera, abriendo la puerta y sacando la jarra de agua, lista para servirme, pero al girar, suelto un chillido al ver a mi mejor amiga, sentada en la mesa, observando una taza humeante entre sus manos.
—Casi me haces parir antes de tiempo —le bromeo llevando una de mis manos al pecho. Camino a la despensa escuchando la risa de mi amiga mientras saco un vaso y me sirvo un poco de agua, para luego ir a sentarme frente a ella en la mesa, observando su rostro que muestra enormes ojeras y mirada decaída.
—Hey, ¿cómo estás? ¿Has dormido bien? —Me mira y creo que solo al escuchar mi voz, pues vuelve a concentrarse en su taza, ignorándome—. ¿Yenny?
Vuelve a levantar el rostro, pero esta vez aprieta los labios, mirándome con un dolor en su mirada que solo las personas más cercanas podrían reconocer.
—Hey…
Intento levantarme, pero ella se adelanta caminando hacia la cafetera.
—T