Una cuenta pendiente saldada.
Después del festejo, los esposos llegaron a la mansión De Luca, Fiorela estaba muy cansada, ella solamente quería quitarse el vestido, ducharse y ponerse la pijama para irse a la cama.
Ella así lo hizo, Adriano se quedó unos momentos en el despacho hablando con su primo Alessandro Ferreti.
— Adriano, Jhonatan logró dar con los tres coches que huyeron de la emboscada todos están muertos a excepción de Pietro Ribak, ¿puedo matarlo yo mismo y así acabar con este embrollo si así lo quieres?
— No, no lo mates aún, mañana me daré un tiempo para que vayamos a visitarlo, eso no me lo perdería por nada.
— Oye pero... ¿No saldrás de luna de miel con tu esposa? El embarazo todavía no se nota demasiado, pueden viajar por lo menos... dos meses sin problema.
— Mañana por la noche nos iremos a Roma, pasaremos por suiza y después dejaré que Fiorela elija a dónde más quiere ir. A mí mientras ella esté conmigo, me da igual para donde vayamos.
— Si que te dió duro el amor, ¿Eh? Pero no