La madre llegó apurada hasta el hospital, ella preguntaba por él consultorio en dónde atendían a los trillizos, una enfermera la guió hasta ahí.
— !Alexander, Alexandro, Aleksey! ¿Están bien? Mamá ya está aquí, ¿Díganme que fué lo que pasó? ¿Por qué pelearon?
— Mamá, me abrí la frente, mira, me pusieron puntos pero fuí valiente, ¿Cierto papá?
— Así es campeón, eres el niño más valiente que he conocido.
— ¿Y yo papá? ¿Y Alexander? ¿No te parecemos valientes?
— Por supuesto que si, mis trillizos son los mejores. — El padre despeinó un poco los cabellos de Aleksey.
— Pero que carajos, Alexander está golpeado y Alexandro herido, además tú tienes golpes en la cara, ¿Qué significa esto? ¿Es esto lo que les piensas enseñar a nuestros hijos? !Este no es un buen ejemplo, nunca antes había pasado algo así!
— ¿Me estás culpando acaso?
— ¡Por supuesto que te culpo, les estás enseñando a ser violentos, Sergey, ellos deben aprender a solucionar las cosas con el diálogo, no con