Los bebés nacieron en perfectas condiciones, estaban sanos y fuertes, no habían necesitado que los metieran a la incubadora, pronto estaban bañados y vestidos para ser llevados a la habitación privada que Isabella había reservado para ellos
— Familia Rossi, los trillizos ya nacieron, por favor suban a la habitación doscientos siete del tercer piso, ellos serán llevados ahí por las enfermeras — Salió a avisar la trabajadora social
— ¡Oh... los bebés ya nacieron, que felicidad! Pero...¿Dígame cómo está mi hija? ¿Ella está bien? — Isaías Rossi preguntaba por su princesa
— Ella está bien, estará en observación por unas horas, eso es para asegurarse que todo marche bien, después será llevada a la habitación con sus hijos
Pronto ya la familia estaba en el amplio cuarto privado, tenía un gran sofá para quien se quedara a cuidar de la paciente, una pequeña sala de estar y hasta una cocina integral, todo para que la estancia se sintiera cómoda y de primer nivel.
— Buenas tardes, a