Desahogando pruebas, Sergey está hundido.
Después de un mes de haber sido dado de alta del hospital, Adriano había seducido a Fiorela una helada noche en la que con sus besos y sus caricias la hizo perder la cordura.
El abogado había robado la pureza de la bella mujer oriental. La había hecho su mujer en una apasionada entrega. Fiorela no pudo poner resistencia al varonil hombre, estaba loca por el y ya lo amaba demasiado.
Esa noche Adriano le había sembrado en el vientre a su prometida un bebé, ella esperaba el próximo heredero, o heredera de la millonaria familia De Luca, lo que los tenía a ambos muy felices.
— Claro que sí querido, yo cuidaré del bebé mientras tú vas a ayudar a tu amigo. Los guardaespaldas están pendientes de todo aquí, no tienes nada de que preocuparte.
Adriano asintió pero algo le decía que podría ser que ese día no fuera el mejor.
Pronto El CEO Rossi y el abogado, se encontraron en la delegación.
— Ya estoy aquí, no me dijiste que fue lo que sucedió, ¿Por qué arrestaron a Sergey?
— El