En Le château.
Con un elegante vestido en tono verde esmeralda, un calzado en tono arena y unos diamantes como pendientes, Raquel estaba lista para el restaurante más lujoso del lugar, ahí siempre había celebridades del mundo, así que debían ir acorde al estatus del “Le château”, sino, no les permitirían la entrada.
Al llegar, fueron recibidos por una mujer muy hermosa, quien preguntó si tenían reservación, en ese momento Raquel sintió que moría, ella no había hecho reservación y la tonta de Amanda, no se lo había comentado.
-Claro que si señorita, la reservación está a nombre de George Collins.
-Señor Collins, señora Collins y señorita Collins, pasen por acá, es un placer. Dijo la chica muy amablemente.
Si bien Raquel estaba acostumbrada a este tipo de lugares y trato, se sentía un poco perdida, ya que no comprendía que pasaba con sus padres, en aquel restaurante, lámparas gigantes hermosas, a la entrada una cava en donde puedes elegir una botella de vino extremadamente costosa, imposible de pagar