Luna
Cuando acepté este trabajo, lo hice por el dinero.
Ahora… ya no estaba tan segura.
El problema no era Alexander Black, aunque me sacara de quicio con sus normas estrictas y su manera de actuar como si fuera el dueño del mundo.
El problema era Mía.
Esa niña se estaba metiendo bajo mi piel sin que me diera cuenta.
Y en esa noche en particular, no pude hacer nada para evitarlo.
Eran las dos de la mañana cuando escuché un ruido.
Al principio, pens&ea