Isabela Walker es una mujer fuerte y determinada que ha crecido en la finca "EL NOCEDAL”situada en las afueras de la gran ciudad de Kansas. Su vida gira en torno al cuidado del ganado, los caballos y las cosechas. Tras la muerte de su padre, Isabela se encuentra al borde de la quiebra, luchando por mantener a flote la herencia familiar y pagar las deudas que amenazan con arrebatárselo todo. Un día, recibe la visita inesperada de John Sider, un hombre ambicioso y astuto con una visión clara: convertir la Finca "EL NOCEDAL" en un lujoso barrio residencial para la high society. John, con un apetito voraz por los negocios y un historial de éxito en la construcción, está decidido a adquirir esas tierras a toda costa. Su oferta, aunque generosa, pone a prueba la lealtad de Isa a sus raíces y su determinación de preservar el legado de su familia. Isabela y John pronto se encuentran en un tenso enfrentamiento, donde las líneas entre el interés personal y el honor familiar se difuminan. Sin embargo, a medida que John pasa más tiempo en el rancho, comienza a ver la belleza y el valor de la vida rural, así como la pasión y el coraje de Isabela. Lo que empieza como una transacción comercial se transforma en una lucha interna para él, quien se debate entre sus ambiciones y un creciente respeto, e incluso afecto, por esa mujer y su modo de vida. Mientras tanto, Isabel descubre secretos de su padre y del rancho que podrían cambiarlo todo. Viejas disputas familiares, contratos escondidos y alianzas inesperadas salen a la luz, revelando que el futuro del rancho "EL NOCEDAL" no solo está en juego por la llegada del Sr. Sider, sino también por el pasado que aún tiene cuentas pendientes.
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¿Qué había pasado? Esa mañana el sol había salido por el este como siempre ¿Porque las cosas habían tomado este camino?
-¿Entiendes lo que dice allí? -El hombre frente a ella suspiró como si estuviera tratando con una ignorante y comenzó a mirar por toda la habitación con una mueca de desagrado, como si el lugar no fuera lo suficiente lujoso para su presencia.
Isabela se mordió el interior de la mejilla callando todo insulto y mostrándose civilizada, como su padre le decía de pequeña “sólo los animales muerden, Isa” releyó el papel en sus manos con el sudor frío recorriendo su espalda.
-Esto debe estar mal, mi padre nunca pondría en venta las tierras…hemos pasado las más grandes desgracias y jamás dió el brazo a torcer con las dificultades. -Isa miró los papeles como loca esperando encontrar algo que le hiciera saber que eran falsos.
-El señor Walker tuvo una negociación previa en la que Construction SA le hizo una primera inversión. -El abogado de aquel arrogante hombre sacó de su maletín otro montón de hojas que le extendió.
-Cómo podrá ver, el Sr. Walker.. su padre recibió el dinero como buena fé para los negocios que se harían en el futuro, en especial las hectáreas que SIDER CONSTRUCTION S.A le reclama por medio del primer documento que le entregamos.
-Con una m****a a su reclamo. -Susurró sin poder disimular ni un minuto más el enojo.
-¿Disculpa? -Aquel hombre que se había mantenido altanero todo el tiempo la miró con sorpresa y se puso de pie molesto.
-¡¡Cómo escuchó!! MI PADRE JAMÁS VENDERÍA LA FINCA. VERÉ ESTO CON ABOGADO. -Amenazó tomando todos los papeles de la mesa, los llevaría a un bufete de abogados para que desmintieran a estos embusteros ladrones.
-Estas tierras me pertenecerán pronto. -Sus ojos se habían clavado en ella con tanta frialdad que Isa logró con mucho esfuerzo sostenerla y plantarse en la batalla.
-Eso esta por verse. -Dijo retadora y esa actitud tan confiada suya provocó la ira en el Sr.Sider.
-SÓLO FIRMA Y RÍNDETE CON ESTE MUGROSO.. -Calló sus palabras de inmediato cuando Isabela lo apuntó con la carpeta como si estuviera a punto de tirarla por su cabeza. -Tienes una gran deuda con mi empresa, piensa bien lo que haces. -Advirtió y se acomodó su cabello saliendo sin esperar que ella respondiera. El abogado por su parte se acomodó las gafas que se caían por el puente de su nariz y recogió con apuro su maletín poniéndose de pie.
-Nos retiramos ahora Srita Isabel. -Él sí intentó ser educado, pensó en el consuelo.
-Es Isabela. -Se quejó en un tono bajo cuando salieron de su habitación. La angustia estaba en todo su pecho presionando con fuerza. A esas alturas este era el problema menos pensado y que menos necesitaba.
Tras la muerte de su padre meses atrás, Isabela había tomado la administración de la hacienda ocupándose de todo, en el proceso descubrió que no era tan próspera y beneficiosa como ella creía. Su padre había pasado por malos momentos los últimos años, ventas de ganado que apenas cubrían los costes de su crianza, compra de semillas a precios exorbitados, muchas cuentas que pagar y poca oportunidad de generar dinero.
Desde que Isa había cogido el mando muchas cosas cambiaron, muchos de sus trabajadores no estaban de acuerdo con su forma de trabajo y fueron renunciando .
"Mejor así, un sueldo menos que pagar" le había dicho a su madre cuando le llamó preocupada, pero después de muchas complicaciones había encontrado una luz en el difícil camino, las cosas habían comenzado a ponerse en su sitio, pero ahora… ahora tenía a un tipo estirado tocando a su puerta con un papel que pretendía arrebatarle todo su arduo trabajo, el de su familia por tantos años.
-No puede estar pasando. -Se frotó la frente derrotada y se acercó a la ventana, corrió la cortina solo un poco para espiar a esos tipos afuera sin que la notaran. Aquel hombre arrogante, John Sider parecía estar echando pestes a su abogado, el pobre hombre sólo asentía disculpándose, pero eso no lo calmaba mucho… el chofer le abrió la puerta trasera del coche que esperaba por él y en ese momento el empresario miró con furia en su dirección. Isa soltó la cortina y se escondió cuando aquellos ojos parecieron notar su presencia detrás del cristal. Escuchó el ruido del motor en marcha alejándose y se relajó un poco más tranquila, vaya sorpresa se había llevado cuando uno de sus trabajadores había salido en su búsqueda por que un apuesto hombre había llegado.
-John Sider... Maldito. -Isabela no podía hacer otra cosa que maldecirle ¿Cómo continuaría los trabajos de la tarde con todo ese problema en la cabeza?
No debía perder el tiempo por lo que cogió el teléfono fijo de la cocina y marcó con apuro el número de la persona que podría recomendarle un abogado, después del tercer tono la voz chillona de su amiga la saludó enérgica y de buen humor.
-¡¡EMMA!! -Se dejó sonar lo más infantil ya que se trataba de su amiga y comenzó a refunfuñar sin darle contexto. -¿Qué voy hacer? ¿A quien caraj*os voy a contratar?
-Detente ahí y deja de llorar como perra. -Su amiga era de poca paciencia. -Ahora, explica que pasó ¿A quién quieres contratar?
-¡¡UN EMPRESARIO QUIERE MIS TIERRAS!!
Capítulo 013AMISTADIsa se estaba divirtiendo, el ambiente era bueno y las personas tan cálidas como siempre. Bob estaba atendiendo un puesto de comida junto a otros voluntarios del ayuntamiento y hasta había podido saludar a la mamá de Emma cuando la vió mirando un puesto de hilados y tejidos. Sabía que todos los años se realizaba un evento así y de joven también había participado con su padre en el puesto de la iglesia, pero con tantas cosas se había olvidado y estaba agradecida de que Marck insistiera. -Ten .-Una jarra de cerveza llegó a su mano. Marck bebía de otro y los chocó como si brindara. -Gracias ¿Quieres tomar asiento? -Miró un poco el ambiente tan abarrotado, pero no había lugares libres. El centro del lugar estaba siendo usado como pista de baile y muchas personas se chocaban por lo que no era opción. -No veo donde, mejor vamos por allá. -Propuso y una mano tomó su cintura para guiarla a su lado… Isa se sorprendió, pero dado que estaba tan lleno si se apartaba tal v
BIENVENIDAS IDEAS¿Cómo podía hacer dinero de manera rápida y sin que demandara mucho tiempo? no podía descuidar el tiempo en la Finca, pero necesitaba un ingreso más en sus cuentas o no podría seguir haciendo magia con los números. Las inversiones estaban fuera de las posibilidades, no contaba con ahorros para tal cosa… tal vez un préstamo del banco la sacara del apuro, pero no estaba segura de poder obtenerlo. Su camioneta no valdría mucho como para venderla y además la necesitaba para ir y volver del pueblo con cargamentos. Bebió café, miró por la ventana como el sol asomaba otra vez por el horizonte. Hoy debía comenzar con el marcado del ganado, los muchachos ya estaban en los corrales preparando el fuego y reuniendo los animales. Pasó por los establos por la yerra (Palo de marcado ganadero para la identificación del propietario del animal) y se aseguró de que su yegua se pusiera de pie. Aún no había escuchado respecto a los resultados de la muestra, pero tampoco quería apresura
VENENODurante toda la mañana Isa sólo se quedó junto a Hernán, ayudando en lo que podía, calmando a su animal cuando tuvo que colocarle suero por vía intravenosa. Sus ojos estaban rojos de tanto frotarse el rostro con el dorso de la camisa, pero de a poco fue recuperando el temple con la ayuda del médico. - Pudo haber consumido algún crecimiento de Centaura. es una planta tóxica para los caballos tiene una flor rosada o lila, suelen comerlas cuando están en pequeños prados sin mucho pastizal.-Explicó el hombre quitándose los guantes al terminar. -No, no. -Su cabeza también negó efusiva. -Roci come solo el heno del establo y tal vez pastea cuando salimos, pero nunca la vi comer una flor. -El veterinario se quedó pensativo, suspiró un poco cansado y rascó su cabeza. -Bueno, Isa estos son signos de intoxicación, si estás segura que no fue algo que comió ella misma debemos hacer una prueba a sus heces. - Isa se mostró confundida.- Tomaré una muestra para descartar al cien por ciento
DESGRACIANada más regresar de su viaje, Isabela fue golpeada por su realidad, la realidad donde las cuentas no llegan, los empleados piden su sueldo y las situaciones inesperadas no le dan respiro. Lo peor era que la situación inesperada estuviera frente a ella tomando un café con tranquilidad. Su hermano había llegado cuando ella no estaba y por palabras de Emma se presentó como el otro jefe de la hacienda. -Parece que las cosas mejoraron por aquí, ya no parece un maldito descampado. -Isa mordió su lengua. “No gracias a tí” fue lo que mejor se guardó. Los ojos de Gabriel parecían los de un notario público a punto de valorar un buen terreno. Todo en su hogar parecía estar a punto de salir a la venta en aquellos ojos. -Entonces ¿Viajaste a la ciudad por la oferta? - Isa sólo respondía de forma vaga, pero si quería sacárselo de encima debía ser clara. -Me reuní con el empresario… ¿Qué te trae al Nocedal? nunca antes habías regresado desde que te marchaste, no hasta que papá fallec
PASIONESEl cuerpo tan trabajado y sudado bajo el sol parecía brillar, Los brazos que subían y bajaban con fuerza era todo un espectáculo para los ojos de Emma. El nuevo empleado estaba cortando con solo un hacha un gran árbol seco que había estado allí desde que una gran tormenta lo había hecho caer. No molestaba al paso por lo que Isa no le había dado prioridad. Se le ocurrió ofrecerle un poco de agua fresca por lo que regresó a la casa y buscó cubo de hielo y llenó el vaso con agua, peinó su cabello y se calzó, cuando estaba por salir con el vaso en la mano se dió cuenta de lo que había hecho y se volvió a despeinar. No estaba para intentar seducir a nadie… sólo era un acto de amabilidad. -Eso se ve muy agotador. -Dijo al acercarse. Sonrió y le extendió el vaso, los hielos sonaron al momento y el hombre sonrió clavando el hacha en la madera y limpió rápido sus manos en el pantalón. -Muchas gracias Señorita. -Emma está bien. -Le quitó importancia.-Emma, aunque mataría por una c
MIS PROBLEMAS -Parece que te das el lujo de contratar a más personas cuando tienes una gran deuda. -John sonrió altanero y comió otro trozo de pastel que Emma le había ofrecido. Isa suspiró sin ganas de atender a los ataques del hombre. -Sr. Sider ¿Qué hace aquí? -Llevó las manos a cada lado de su cadera y lo increpó. el hombre no se inmutó, parecía gozar de verla enojada. -Me llegó una carta en tu nombre, creí que querías verme. -Los ojos de Isa buscaron a su amiga y esta negó con la cabeza sin entender a qué se refería. -Gracias querida. -John le extendió el plato con su porción a medio comer. -Estaba delicioso. -Emma tuvo que recibirlo y entendió que estaba tratando de echar de la sala, por lo que cogió el plato y se marchó. - Tú amiga no se ha presentado ¿Cómo se llama?- Miró a la espalda de Emma tan serio que la pobre lo sintió. -Eso… -Que descuidada… -Emma interrumpió a su amiga y se giró con una gran sonrisa…y una gran falsedad que John notó. -Soy Emma Clern. Disculpe que
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