Capítulo 4

Capítulo 4

Christopher había estado luchando con sus sentimientos durante semanas. Cada vez que estaba cerca de Verónica, su corazón latía más rápido y su mente se nublaba. Intentaba resistirse a la atracción, sabiendo que ella había pasado por tanto dolor en su matrimonio anterior y que él mismo estaba lidiando con su propio dolor. Pero después del incidente con el ex esposo de Verónica, Christopher sabía que no podía seguir negando sus sentimientos.

Una tarde,  Christopher decidió que era hora de hablar con ella. Llamó a su puerta y ella abrió, sorprendida de verlo allí.

"¿Christopher, todo está bien?" Preguntó Verónica, mirando su expresión seria.

"No, no todo está bien," respondió Christopher. "Hay algo que necesito decirte."

Verónica frunció el ceño, preocupada por lo que estaba por venir. Christopher se pasó una mano por el pelo, nervioso, antes de continuar.

"Verónica, he estado luchando con esto durante semanas. No puedo evitar sentir algo por ti. No puedo seguir negando mis sentimientos. Sé que es complicado, que ambos estamos lidiando con nuestros propios problemas, pero no puedo seguir fingiendo que no siento nada por ti."

Verónica se quedó en silencio durante unos momentos, procesando lo que Christopher acababa de decirle. No podía negar que también había estado sintiendo una atracción hacia él, pero estaba tan confundida y asustada de abrir su corazón a otra persona después de todo lo que había pasado en su matrimonio anterior.

"Lo entiendo, Christopher, y aprecio que seas honesto conmigo. Pero es tan complicado, ¿no lo ves? Ambos tenemos nuestros propios problemas y no sé si estoy lista para arriesgarme de nuevo en el amor," dijo Verónica, con voz temblorosa.

"Lo sé, y entiendo completamente si no te sientes lista. Solo quería que supieras cómo me siento. No quiero presionarte ni nada por el estilo," respondió Christopher, sintiendo que un peso se había quitado de sus hombros al haber dicho la verdad.

Verónica asintió, agradecida por la comprensión de Christopher. Sabía que necesitaba tiempo para procesar todo esto y decidir qué era lo mejor para ella y su hijo.

Christopher y Verónica se encontraban sentados en el sofá de su apartamento, después de que Christopher le confesara sus sentimientos. Verónica estaba sorprendida y se sentía un poco abrumada por todo lo que había sucedido en los últimos días.

"Christopher, esto es muy repentino. No sé qué decir", dijo Verónica, mirando fijamente a Christopher.

"Lo sé, Verónica. Pero es que no puedo evitar sentir algo por ti. Me has mostrado que hay una vida después del dolor y que el amor puede existir de nuevo. Quiero explorar esta conexión que hay entre nosotros, ¿por qué no nos damos una oportunidad?" dijo Christopher, con su voz suave y cálida.

Verónica suspiró, "Lo siento, Christopher. Es solo que todavía estoy tratando de lidiar con todo lo que ha pasado. No quiero sentirme presionada en este momento".

Christopher entendió su postura, "Lo entiendo, Verónica. No quiero forzarte a nada. Si necesitas tiempo para pensar, lo entenderé. En realidad, tengo una reunión de negocios fuera de la ciudad durante los próximos días. Cuando regrese, espero que podamos hablar de nuevo sobre esto".

"Gracias, Christopher. Eso significa mucho para mí", dijo Verónica, sonriendo un poco.

Christopher se puso de pie, "Bueno, entonces me voy a preparar para el viaje. Te llamaré cuando llegue allí. Cuídate, Verónica".

Verónica se levantó y lo acompañó hasta la puerta, "Ten un buen viaje, Christopher".

Después de que Christopher se fue, Verónica se sentó en el sofá, pensando.

***

Christopher se sentía inquieto en la reunión, no podía concentrarse en las presentaciones y estaba constantemente revisando su teléfono en busca de alguna señal de Verónica. Había dejado las cosas en un momento incierto entre ellos, y eso lo estaba afectando más de lo que había anticipado.

Finalmente, su jefe lo interrumpió: "Christopher, ¿estás escuchando? ¿O necesitas que repita todo lo que acabo de decir?"

Se sintió avergonzado, sabía que había estado ausente en la reunión y que su comportamiento era inaceptable. Trató de enmendarlo lo mejor que pudo, pero sabía que había decepcionado a sus superiores.

Mientras Christopher intentaba concentrarse en la reunión, sus pensamientos seguían divagando hacia Verónica y su hijo Gabriel. De repente, uno de los superiores a cargo de la reunión hizo una pausa, dirigiéndose a Christopher para pedirle que se esforzara más en prestar atención a los asuntos de la empresa. Christopher se levantó avergonzado y decidió que necesitaba un descanso.

Después de salir de la reunión, sintiéndose frustrado y abrumado, Christopher sacó su teléfono y llamó a Verónica. Al escuchar su voz al otro lado de la línea, sintió su corazón latir más rápido. "Hola, Verónica", dijo con un tono ansioso. "¿Cómo estás tú y Gabriel?".

"Oh, sí, todo está bien", respondió Verónica, pero su voz sonó incierta.

"Estoy en una reunión de negocios en este momento, y mi mente está en otra parte", admitió Christopher, tratando de ser honesto con ella. "Solo quería asegurarme de que estuvieras bien. ¿Cómo está Gabriel?"

Verónica suspiró, y Christopher pudo sentir su tensión a través del teléfono.

"Gabriel está bien. Solo ha estado un poco inquieto últimamente", dijo Verónica, sin dar detalles.

"¿Qué pasa? ¿Hay algo que pueda hacer para ayudar?", preguntó Christopher, preocupado.

"No, no realmente", dijo Verónica, su voz temblando ligeramente. "Solo necesito tiempo para procesar todo. Lo siento, Christopher, no puedo hablar más ahora mismo. Hablamos pronto, ¿de acuerdo?"

Antes de que Christopher pudiera responder, la llamada terminó. Se quedó allí, sintiéndose impotente y frustrado. Quería estar allí para Verónica y Gabriel, pero no sabía cómo. Sabía que tenía que concentrarse en la reunión, pero su mente seguía divagando.

Después de la reunión, se retiró a su habitación de hotel y se dejó caer en la cama con un suspiro. Había arruinado todo por culpa de su propia indecisión. ¿Por qué no podía ser claro en lo que quería y en lo que sentía? Era un CEO exitoso, debería ser capaz de tomar decisiones firmes y actuar en consecuencia. Pero cuando se trataba de su vida personal, todo parecía confuso y desordenado.

Se tomó un momento para respirar profundamente y pensar. Quizás necesitaba un poco de tiempo para ordenar sus pensamientos y decidir qué era lo que realmente quería. Si iba a estar con Verónica, necesitaba estar seguro de que era lo correcto y que no estaba huyendo de su dolor pasado.

Con eso en mente, decidió que cuando regresara a casa, hablaría con ella de nuevo y le diría exactamente lo que sentía, sin importar cuáles fueran las consecuencias. Sabía que no podía seguir jugando con sus propios sentimientos y con los de Verónica. Era hora de tomar una decisión y actuar en consecuencia.

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