—Que mal, porque no se podrá—sonrió.
—Claro que si— se intenta acercar, pero lo detengo.
—Acaso es usted bipolar Sr Ivanov.
—Te propongo algo Lena— su mano viaja a mi mejilla, pero, así como llega la esquivo.
—¿Qué?
—Sexo. Ayer no pude sacarme de la cabeza tu cuerpo, tus labios y como gemías cada vez que te penetraba duramente— soy yo o hace calor aquí— todo tú me atrae. Se me resulta imposible no volverme adicto a ti— susurra lo último.
—No.
—Lena tu respiración ahora es más pesada, anhelas tanto como yo un nuevo encuentro. ¿Por qué no darle a nuestro cuerpo lo que piden?
—Estos juegos no son mi fuerte.
—Admito que nunca que he estado en uno, la vida se trata de riesgos princesa— me acaricia la mejilla y esta vez no se lo impido&m