Lucy Slong
El día llegó, Anna se iba a ir a su competencia, se levantó temprano estaba eufórica.
-Lucy es hora – llegó a mi cama brincado.
- Lo sé nena sólo no me agites tanto me provocan nauseas – ella me destapa quitándome el edredón, en esta época de frió lo que menos quiero es estar destapada.
-¡Lucy ya se te nota! Oh que ternurita, mira Lucy.
-Sí, ya se siente y lo que falta. – le digo mientras me siento y salgo disparada para al baño, esto no me gusta las náuseas matutinas.
-Lo siento no fue mi intensión – llega Anna preocupada.
-No tranquila nena esto es todos los días, pronto entraré el cuarto mes y el doctor dice que mejorará.
-¿Cuándo te dirán qué es?
-En el quinto mes, pero bueno vamos apúrate para que te lleve al aeropuerto.
Toca el timbre, bajo a ver mientras Anna termina de alistarse.
-Hola – esos azules que cautivan a cualquiera llega cada mañana, me sonrojan como una adolescente.
-Hola Sam, pasa. – Estaba por cerrar la puerta cuando veo un taxi detenerse – No pude ser