— ¡Listo! — anunció Roger volviendo a la cocina con su teléfono en la mano. Martin y yo lo mirábamos expectantes, a la espera de saber qué información había obtenido con su llamada. — Ciara está en Las Maldivas. Planea irse a viajar por el mundo para reencontrarse con ella misma, lo cual significa que no volverá hasta que el escándalo haya sido olvidado —.
— Debo viajar a Las Maldivas ahora — dije con firmeza. Conseguiría que Ciara me escuchara a como diera lugar.
— ¿Estás segura, Elle? Lidiar con esa gente en un país completamente desconocido… y sola… no puedo permitir que te pongas en riesgo — dijo Martin.
Yo bufé burlándome de él.
— Si, bueno, por si lo olvidaste, tú no tienes ningún derecho de permitirme o no, lo que sea, Martín — ¿Quién demonios se creía? Pedí su ayuda, no su permiso.
— Es un viaje demasiado caro — rechistó. Los pretextos nunca terminaban con él.
— Puedo permitírmelo — rebatí. No poseía los millones, pero tenía un buen sueldo, además obten