Dulce pecado
Dulce pecado
Por: ShadiSaad
Prefacio

Juls 

23 de marzo de 2020

Llevo más de media hora esperando en el aeropuerto a que Margi, mi mejor amiga, aparezca por esas puertas para contarme todo sobre su escapada con lo que ella llama “el sexy hombre de canela” debo admitir que llevo los últimos 6 años viviendo a través de su vida, ella hace todo lo que para mi está prohibido. Algunas veces quisiera simplemente mandar todo al diablo y simplemente arriesgarme.

Es entonces cuando veo a la loca de mi amiga dandome una enorme sonrisa y yo, sin poder evitarlo grito con emoción atrayendo su atención  y la de medio aeropuerto mientras agito mi mano con entusiasmo, justo cuando la veo empezar a caminar hacia mi. Veo como el moreno a su lado sonríe y noto que al lado de este hay otro hombre, uno que parece un poco mayor, pero no alcanzo a detallarlo bien, porque corro hacia Margi que  ya está muy cerca y cuando la distancia es mínima  me lanzo sobre ella.

——Oh Margy, ¡No sabes cuanto te he extrañado!— le digo y ella se ríe y me aprieta un poco más contra ella.

—Juls que me vas a matar.—Su comentario me hace reír, y soltar un bufido, porque bueno puede que si la esté apretando como un mono bebé, pero es por causa de la emoción.—Luego tengo muchas cosas que contarte— me susurra antes de separarnos y yo sólo niego con la cabeza.

Así es nuestra amistad, ella va y se come el mundo y luego yo recreo esas historias cuando me las cuenta. Un carraspeo nos hace separarnos y es entonces cuando tengo de frente al hombre que, por primera vez, hace suspirar a mi amiga, sin embargo, mis ojos no pueden evitar desviarse nuevamente  hacia el hombre callado que nos mira desde atrás del moreno con el ceño fruncido, y que ahora que lo veo de cerca puedo decir que no es tan mayor como creí, pero si que es impactante.

El suspiro de Margi hace que lentamente gire mi rostro lejos de aquel hombre para llevarlo hacia ella y al verla  entrecierro mis ojos, porque ya me hago una idea de qué van esas cosas que tiene que contarme.

—No hiciste nada de lo que hablamos, ¿no es así?— Le digo y ella se muerde el labio—Tu mas bien fuiste y te lo cog..

—¡¡JULS!!—Su grito indignado me hace reír y aún más al ver cómo su rostro se sonroja.

Estoy a punto de burlarme de ella, cuando la voz del hombre a su lado me detiene.

—¿Alguien puede explicarme qué es lo que me estoy perdiendo?

Ambas nos quedamos mudas viendo al chico y él simplemente niega con la cabeza antes de extender una mano hacia mi.

—Mucho gusto, soy Jayden Bowen.

—July Terán— contesto, y omito decirle que se muy bien quien es, porque junto a Margot me encargué de espiarlo y stalkear sus redes para encargarme de que mi amiga lo conociera, supongo que eso no se escucharía muy bien.

—July, si no te molesta, tomaré prestada un segundo a Margot— dice llevando sus ojos hacia mi amiga— Tenemos que hablar.

Sin  esperar una respuesta toma la mano de Margot y se alejan un poco para hablar. Yo me quedo simplemente en mi lugar mirando todo a mi alrededor, aunque lo que en realidad quiero hacer es mirar hacia donde el hombre callado se encuentra, hay algo en él que hace que mis ojos lo busquen con insistencia. Sin embargo, no tengo que resistirme mucho más porque su voz, muy cerca de mi, me hace girar el rostro hacia él.

—¿Cuánto se supone que mides?—Me toma mas de un minuto asimilar que eso es lo primero que ha salido de su boca. Noto como mi ceño se frunce cuando me giro para encararlo y mi molestia crece  al  notar lo divertido que se ve con lo que lo dijo. 

Sin emabargo, por un micro segundo mi molestia pasa a segundo plano cuando quedamos frente a frente, pues no puedo hacer más nada que no sea mirarlo fijamente y aunque me gustaría decir que es por su comentario de quinta, debo aceptar que no es así, lo miro entre asombrada e incrédula porque es, por mucho, el hombre más apuesto e intimidante que he visto en mi vida.

Su altura me hace tener que inclinar la cabeza y Dios amado, la manera en que la ropa se ajusta a su cuerpo me hace tener una idea muy clara de lo fuerte que está, pero lo que realmente me deja muda son sus ojos, esos ojos azules y profundos que están debajo de unas cejas oscuras y pobladas que justo en estos momentos se están inclinando hacia mí, mientras que me ve con diversión.

Oh mier… cómo puedo salgo de mi momento sacudiendo la cabeza y veo cómo él me mira con diversión y altanería, de inmediato puedo sentir como lentamente mi ceño se vuelve a fruncir y una chispa de molestia se enciende dentro de mi. No puedo creer que eso sea  lo primero que él muy maleducado me diga, ¡Ni siquiera se ha presentado!

—¿Qué clase de pregunta es esa?—Le digo entre sorprendida e indignada y se que algo de molestia se ha filtrado en mi voz, pero bueno, tengo razones para estarlo, por muy bueno que este, su comentario ha sido grosero.

—Es una pregunta normal, como cualquier otra.

La manera despreocupada y divertida con la que me responde solo hace que mi molestia crezca y sé que él lo nota porque la sonrisa en sus labios se hace mayor.

—No, no lo es. Es grosero preguntar eso, en especial si no conoces a la persona.

Nada más decir aquello soy testigo de cómo sus labios, rosados y carnosos, se curvan en una media sonrisa, para nada amigable y del todo arrogante, pero que aún así consigue acelerar mi respiración, porque lo hacen ver como uno de esos hombres de catalogos +21.

—Si lo que quieres es que me presente, solo debes decirlo, niña buena.

Tengo que parpadear dos veces para conseguir asimilar sus palabras, noto como mis mejillas se encienden y tengo que apretar con fuerza mi quijada para no soltar alguna grosería.

—No me digas así, y por supuesto no quiero conocerte.

Antes de que él pueda decir algo más me doy la vuelta y camino hacia Margot que ya ha terminado de hablar con Jayden. Mi amiga vuelve a abrazarme y empieza a parlotear a mi lado sobre su viaje, pero yo no puedo escucharla, mi mente se ha convertido en un caos donde solo tiene lugar ese par de ojos.

Veo de reojo hacia el idiota que camina con nosotras y me topo con su mirada puesta en mi. De inmediato siento como mi corazón late con fuerza dentro de mi pecho y es esa mi señal para saber que debo mantenerme lo más alejada posible de ese hombre, él es todo aquello que se me ha dicho desde siempre, que no debo tener en mi vida. Es todo lo que no se me permite desear. Es pecado.

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