Capítulo 26.
Con un lindo vestido en el que se me congelaba el trasero, mi sonrisa profesional y unos zapatos bajos, me estacioné en la zona de proveedores del salón de lujo a dos pueblos de distancia.
¿Y todo para qué?
Para que el gorila que estaba de encargado de recibir el catering y otras tonterías me dijera que mi nombre no estaba en la lista.
-¿Cómo que no está? - Pregunté con incredulidad. - ¡Me llamó hace unas horas la novia para confirmar mi asistencia!
El tipo solo me miró y se encogió de hombros.
-A mí me dió una lista con los nombres de sus proveedores hace media hora. No estás, así que amablemente te pediré que te vayas de aquí antes de que llame a seguridad. - Dijo cruzándose de brazos.
-¿Crees que me iré de aquí con treinta kilos de pastel en mi camión solo porque tu estúpida lista me detiene? - Pregunté comenzando a enojarme.
-Si. - Dijo y sentí cómo mi cara se volvía roja. Mi temperamento era muy malo cuando no dormía mucho. - Mira, ¿Por qué no le llamas y le pides que mande un me