Tras el nacimiento de los pequeños gemelos, las cosas en la mansión definitivamente ya no serían las mismas.
Empezando por el hecho de que ahora nadie buscaba tener alguna discusión o iniciar alguna batalla a la cual estaban tan acostumbrados y eso era sencillamente porque apreciaban su vida… ya que solo una vez basto que ocurriera “eso” como para que desearan nunca más volver a hacer ruido nunca más… oh bueno… al menos hasta que los gemelos fueran algo grandes.
Ya los gemelos tenían un mes desde que llegaron a la casa, se podía notar que los nuevos padres recién estaban agarrando el ritmo a las rutinas y caprichos de sus pequeños angelitos… los cuales a veces lloraban en sincronía o uno estaba despierto pidiendo atención y alimento mientras que el otro dormía… y apenas uno dormía el otro despertaba o estaban los dos despiertos… definitivamente esos cambios eran malos para su padre, el cual se le podía notar unas grandes ojeras ya que estaba constantemente ocupado entre su papeleo y e