Después de algunos minutos ambos se separaron ligeramente jadeando en busca de recuperar un poco de aire para los pulmones, pero sin dejar de mirarse a los ojos.
- Yo… - empezó a hablar la pelinegra – no sé qué me hiciste en realidad, pero igual con la convivencia empecé a acostumbrarme a ti y a tu carácter de volátil – confeso ella.
- ¿Volátil?
- A veces actúas como una persona común, débil y un poco torpe, pero otras veces te comportas como una persona fría, calculadora e inteligente – dijo mientras una débil sonrisa se dibujaba en su rostro – y eso es algo que me gusta de ti.
- … - ante esa confesión Antonio se sonrojo.
- Después de apareciera esa mujer mintiéndonos, yo al principio no entendía porque actué de esa forma impulsiva pegándote y quise alejarme, pero después de pensarlo me di cuenta de la razón… pero luego tu llegaste a buscarme para impedir que me apartara de tu lado - ante eso hizo una pausa mientras se sonrojaba… estaba actuando raro de nuevo, pero igual sentía que y