Zoe:

El auto permaneció en silencio por mucho rato. Mientras Demian conducía yo fui atrás con Azel, me negaba a soltarlo, estaba realmente asustada, aún no salía de mi cabeza sus ojos, aquella mirada de determinación, fue un momento desagradable para mi.

Les pedí que me sacaran de la agencia y me trajeran a mi departamento, siento que aquí puedo decirles lo que me sucede.

Al llegar tuve que darme un baño para calmar mis nervios, Demian hizo café para los tres. Me encanta la forma en que ellos buscan como cuidarme y hacerme sentir cómoda al igual que segura.

El clima de la ciudad comenzó a cambiar drásticamente, llovía a cántaros y hacía mucho frío.

—Ten preciosa —Demian me dio la taza—, no tienes té así que, tocó hacer café.

—Gracias —murmuró.

—Ahora si dinos que pasa Zoe ¿Por que te pusiste así en la agencia? Fue después que...

—¿Qué cosa Azel?

—Después que la dejé un momento con el señor Abad —el frunció el ceño, yo desvié la mirada— ¿Te dijo algo ese hombre?

—Me dijo muchas cosas