Fabrizio
—Freya ¡No…! —escuchaba al rey con horror.
Las guerreras habían logrado incendiar el lugar sagrado que ahora se apagaba, el viento llevándose todo; Amelia y yo habíamos intentado protegerlas, así como al resto de los guerreros y aliados cercanos. Pero había sido inútil, era demasiado.
Fre