Apenas suena la alarma del teléfono, salto de la cama, es un día que estuve esperando mucho tiempo. Hay demasiadas cosas que necesito discutir con la gobernadora. Y que haya sido ella la que me busque, es una gran ventaja.
Luego de asearme, me encuentro con Elvira e Ignacio en la cocina. Disfrutamos juntos de unos mates mientras discutimos de algunos puntos a tratar en la reunión de hoy. Finalmente, Nacho y yo nos vamos en mi auto.
—Sé que va a ser difícil, pero trata de mantener la compostura. —pido a mi compañero mientras recorremos el camino hasta la capital de la provincia.
Es un viaje de un par de horas, pero el aire fresco y el hermoso paisaje aminoran mi ansiedad.
—Dejaré que tú lideres la conversación. —acuerda mirándome a los ojos.
—¿Qué crees que vaya a decirnos? —la curiosidad apenas me dejó dormir anoche.