Parte 2...
Diogo miró por el retrovisor a Dominique y recibió un golpe suave en el hombro.
— Deja de mirar a mi mujer - dijo Nicolau.
— Solo estaba comprobando si realmente está entera - bromeó su amigo — No seas celoso.
Fue divertido, él se rió, pero pensó que su amigo tenía razón. Había sentido un momento de celos, algo que nunca antes le había sucedido con nadie.
— ¿A dónde vamos ahora? - ella se apoyó en el asiento, inclinándose entre los dos.
— A mi casa, por supuesto - él respondió — Ahora tendrás que quedarte allí también, ¿olvidaste?
— Bueno, tendré que buscar algunas de mis cosas personales. Solo tengo una pequeña maleta aquí.
— Está bien, podemos hacerlo más tarde. Primero quiero que conozcas la casa.
— Clusô también estará allí. Dijo que le ordenaste adelantar algunas cosas.
— Sí, lo hice.
— También tengo algunas cosas que resolver con mi secretaria.
Diogo la miró y sonrió. Sin darse cuenta, parecía que su amigo había acertado en este plan loco. Ella parecía muy divertida y