Bruno entró a la villa, sorprendido de ver a María y a la hermana de Clara por ahí. Se estaban riendo fuertemente del programa de televisión que estaban viendo. La hermana de Clara, Carmen, estaba usando pijamas. María también estaba en su ropa de dormir, pero su rostro aún estaba cubierto de maquillaje, y sorprendentemente, tenía nuevas piezas de joyería puestas.
—Ay, Bruno, hijo. ¿Cómo estuvo tu día? —María se levantó con una gran sonrisa. Carmen también lo saludó y se puso de pie.
Una mueca se formó en el rostro de Bruno mientras preguntaba: —¿Qué está pasando? ¿Por qué están todas aquí?
Clara salió de la cocina, trayendo un tazón de palomitas. Le sonrió y primero puso la comida en la mesa. Entonces, se acercó y le besó la mejilla, revelando: —Amor, mamá y mi hermana van a vivir aquí por un tiempo para ayudarme con los planes de la boda. Espero que esté bien.
Bruno y Clara encontraron otra capilla para su pequeña boda, que tendrá lugar el próximo sábado. Era muy a último momento, as