Raquel quedó atónita por la respuesta de Adrián y preguntó: "¿Qué?"
"Verás, dos semanas después de mi cirugía, mi abuelo me informó de un paquete de Japón que había llegado a Puerto Claro, entonces te recordé," relató Adrián. Su voz era tranquila, y hablaba sin prisa. "Así que, cuando Bruno me llamó después, le dije que te diera la caja de chocolate. Le dije la verdad, que te rescaté de ahogarte, pero le prohibí decirte que era yo. Quería decírtelo personalmente."
"Sin embargo." Adrián suspiró y explicó: "Días después, comprendí completamente la gravedad de mi situación; ya no podía jugar baloncesto, no podría unirme a maratones y que… que podría estar atrapado en una silla de ruedas toda mi vida. Por lo que perdí interés en todo, Raquel. Cuando Bruno y yo volvimos a hablar, le dije que dejara de darte chocolates y nunca te dijera cómo te salvé. Le dije que no sabía cuándo podría regresar a Puerto Claro. Quizás sus acciones fueron para cubrirme… no lo sé, pero fue incorrecto hacerte cr