34 Joseph
La comunicación con Jennifer ha sido constante todos estos días, pero mi trabajo en el hospital me ha tenido absorbido y no he podido ir a verla como me gustaría.
Estando lejos de ella me cuestiono si está bien lo que estamos haciendo, es mi casi ex nuera, tan joven y tan inocente. Aún así no podía detenerme, me alegraba el día y eso bastaba para mandar los prejuicios a la basura.
Hoy despejé toda mi agenda para estar con ella y no llegaba, no suelo ser controlador, pero ya a las tres me empecé a impacientar porque aún no llegará, miré el reloj varias veces y la preocupación lleno mi mente con un millón de escenarios posibles así que la llamé y no contestó.
Me relajé, respire hondo y me serví una copa de tinto del viñedo de mis padres, era fuerte y terroso y me gustaba degustarlo en la azotea, pero esta vez me senté fuera del balcón en unas sillas que estaban destinadas a tomar el sol.
Horas después Jennifer Alderwood por fin dio señales de vida y me relajé visiblemente,