Mi madre sigió dormida, y yo me sentí más culpable que nunca en mi vida. Mis ojos se llenaron de lágrimas. Me senté a su lado, y no solte su mano.
—¿Quieres que vaya a buscar a Emma? —sugirió Eduardo y yo asentí.Solamente quería estar con mi mamá, entonces Eduardo desapareció y yo me quedé con mamá.—Hija... —murmuró alguien a mi lado, y al levantar la vista, me había quedado dormida, encuentro a mi madre.—¡Mamá..! ¿cómo estás? ¿bien..? —dije con una sonrisa enorme y ella asintió.—Si... sí. No te preocupes, estoy bien ¿Emma..?—Eduardo la fue a buscar, se quedarán en la casa. Me mandó un mensaje recién.Era cierto había enviado, que estaban en la casa. Suspiro de alivio, a pesar de que Eduardo se manejaba excelente con la silla de ruedas, siempre tenía miedo de que algo pudiera llegar a pasarle.Despejé mi mente en ese momento, solo me quedé hablando con mamá hasta que se hizo de noche y comimos la cena.