Para el viernes ellos habían salido por el café sin escuchar nada de estos comentarios todavía y para placer de ellos, fue una noche amena.
Se empezaron a llevar bien, tenían en común más de lo que pensaron y ahí con un poco de confianza fue cuando los temas empezaron a surgir.
- Astrid ¿Tienes pareja? – preguntó Andrés.
- Si, ya llevo unos meses con él y de hecho si lo conoces – respondió Astrid.
- ¿Entonces es un alumno qué conozco? – dijo Andrés.
- No, no el estudia medicina y si sigues de profesor tal vez te toque darle clases de psiquiatría – contestó Astrid despreocupada.
- Ah, ya entiendo, pero ¿De dónde lo conozco? – dijo Andrés.
- Pensé que entenderías la conversación entre líneas, no eres tan listo como pareces – expres&oacu