— Veo que ya estás bastante mejor, estás haciendo muchas preguntas de repente. — Él bromeó con ella y la despeinó ligeramente. — Tengo una idea, ¿Por qué no salimos hoy y desayunamos afuera? Tengo pereza de cocinar y tú aparte de tener una mano lesionada eres bastante mala en la cocina.
Kate se ríe por un momento.
— ¿Qué pasa si tu hermano me vuelve a ver por las cámaras de seguridad? No quiero ocasionarte problemas, se ve que lo quieres mucho.
— Quédate tranquila, yo me las arreglaré con él. Puede parecer un poco cabeza dura pero tiene corazón de pollo, él definitivamente no va a dejarte por tu cuenta.
Kate volvió a sonreírle.
— En ese caso está bien, pero solo un desayuno rápido.
Aspen asiente, pero no estaba demasiado convencido.
(...)
Las calle