Detesto Ser Omega
Detesto Ser Omega
Por: aldine
Prólogo

—¡No! ¡Me niego rotundamente! N-no quiero. Debe de haber una equivocación ¡Luna estúpida!

—No es tan malo...

Aurel jamás se esperó que la luna lo ponga como omega, cuando siempre hablaba de la odiosa vulnerabilidad de ellos. Además, él no quiere formar una familia

Odia ese tipo de cosa, a él no le gusta ser mandado, a él le gusta mandar, pero ahora que es omega ¿eso cambiará?

        -luv-

Las gotas de lluvias cada vez se hacían más pesadas ya que cada vez sonaba más fuerte cuando impactaban contra el vidrio de las ventanas

—¡Ah! —chilló la joven omega de cabellos rojizos ocultándose tras su madre, abrazándose por el miedo

—Tranquila Lumia —pidió la mayor abrazándola y con ello también calmando su propio miedo

El alfa mayor solo suspiró mirando a su hija y esposa con temor, siguiendo ojeando su periódico mientras tomaba su café caliente

El alfa volteó cuando escuchó los pasos de su hijo menor, viéndolo bajar bostezando

—Aurel, ven aquí —el menor asintió yendo donde su padre — Ves a tu madre y hermana —este asintió sin comprender— Ese es el comportamiento de dos omegas con miedo, nosotros como alfa no debemos de tener miedo ante esas lluvias, total ¿sí que acaba el mundo, que tiene? Absolutamente nada

El menor siguió mirando a su madre dándole protección a su hermana mayor, sintiendo un poco de recelo porque él no recibía el mismo trato, pero bueno, él era un alfa y como decía su papá, los alfas no son débiles

—Pronto cumplirás diez años, aún faltan cinco años más para que la luna te diga que eres un alfa

Su cuerpo tembló cuando escuchó el primer rayo caer del cielo, mientras su madre gritó y su hermana ya estaba con lágrimas en los ojos

—Dejen de chillar que no me dejan leer el periódico tranquilo, váyanse a su habitación —dictó su padre con voz de alfa

Aurel les siguió con la mirada, viendo como estas se daban palabras para tranquilizarse

—Aurelie, ven con nosotras —habló su hermana con las lágrimas cayendo por sus mejillas tratando de sonreírle

Cuando el menor iba hablar su padre lo interrumpió haciendo temblar a su hermana

—Tu hermano no es omega, por lo cual no es débil como ustedes. Ahora váyanse

Las dos omegas asintieron sin decir alguna palabra más, marchándose del lugar, dejando a los dos 'alfas' en la sala

—Tan sumisas ante la voz de alfa —el mayor rió acomodándose mejor en el sofá — ¿por qué tan callado hijo? —preguntó con gracia — no me digas que...

De enseguida el menor negó frenéticamente, él jamás se asustaría por esas cosas, nunca, las miedosas eran las omegas y nadie más

—Tranquilo hijo, no hay duda que serás un alfa destacado

Una sonrisa se formó en el rostro del pelinegro menor, con todas sus fuerzas esperaba ser lo que su padre tanto quería, un alfa envidiable

Deseaba ser el orgullo de su padre, de verdad lo hacía, así como su hermana lo era de su madre

—Apuesto que tu olor hará volver locas a las omegas, ah, estoy tan emocionado para ese día —comentó su padre con seguridad, él estaba seguro de lo que sería su hijo, y eso también tranquilizaba al pelinegro

Otro rayo cayó haciendo apagar las luces de todas las calles, desde afuera se escuchó como muchas omegas chillaban de miedo

—Vayamos a descansar, hijo —dictó el alfa guiándose por sus instintos para subir por las escaleras

Mientras el cuerpo del pelinegro se encontraba temblando por el miedo que sintió en ese momento, odiaba cuando las luces se apagaban, pero jamás lo diría en voz alta.

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