Con las mejillas abultadas y un poco de babita cayendo de sus labios se levantó el omega castaño porque la alarma había sonado
—¡Buenos días, Aurel! El desayuno ya está listo, mamá Lia hizo café —movió las cejas pícaro, riendo— Apúrate dormilón ¡vamos! —gritó el omega rubio cerrando la puerta del cuarto de Aurel
El omega frunció el ceño al tener que levantarse temprano, como pudo se colocó las pantuflas que le señora Lia le compró la semana pasada para que ande con eso en la casa
Agradecía mucho a la Luna por eso, sin los padres de su mejor amigo él no sería nada ya que hasta se encargaban de darle de comer gratis
Abrió la puerta para ir a desayunar, encontrándose a Teo viendo la televisión mientras comía galletas
—¿Y tus padres? &mdas