En una habitación de paredes blancas llena de camas de distinto tamaños se encontraban cuatro personas, dos de ellas eran mujeres con vestidos blancos y los otros dos eran hombres con bata blanca y camisa azul.
Los cuatro estaba rodeando una cama en particular, con un hombre de piel blanca y cabello negro que poseía un rostro bastante atractivo, acostado en dicha cama, pero en su expresión no había felicidad o satisfacción, sino todo lo contrario, tenía el ceño fruncido mientras veía semi-consciente a los hombres y mujeres alrededor suyo y los escuchaba murmurar palabras de forma constante.
—El tiro que recibió en pierna fue más serio de lo que pensamos —dijo una de las mujeres con vestido blanco.