Cuando llegó a la casa de sus tíos, ya era de noche. En cuanto entró, los encontró sentados en el sofá, viendo televisión, mientras el bebé dormía tranquilo en el cochecito al lado.
— Qué bueno que llegaste, Catarina. Guardé la cena para ti — dijo la tía, levantándose enseguida para servirle.
— No s