La Navidad estaba por llegar, y Elisa no escondía la emoción mientras ayudaba a su madre a acostar a los bebés.
— ¡No veo la hora! — dijo, animada.
Cuando por fin los dos se durmieron, madre e hija salieron del cuarto y fueron hasta la terraza. Denise, con la pantalla del monitor encendida, no se