— ¿Qué? —pregunté ansiosa.
— Oliver perdonó a Liana. Él dijo que la amaba con todo su corazón y que amaba aún más al niño, que quería darle una oportunidad a su familia. Dijo que no le importaba si la gente hablaba o se reía, que asumiría todo el prejuicio que sufriría, las bromas, calumnias, solo q