Confiar aquello a su amigo fue un alivio.
— No me gustó su manera de ser, ni la forma en que me habla.
— ¿Qué pasó exactamente? — preguntó Saulo, preocupado.
— Ayer, llegué de la plantación todo sucio y, como no había nadie, decidí asearme en el galpón. Ya casi había terminado cuando vi a Luana para