— ¿Esposa? — pregunté, tartamudeando, a la mujer que estaba en la puerta de la casa de Oliver.
— Sí, se fueron a disfrutar unos días de vacaciones. ¿Era solo con él que quería hablar, señorita? — preguntó amablemente.
— No, ¿está Denise?
— Ella se fue a la capital, debe llegar más tarde.
— ¿Y Lucía,