— ¡Llegué!
Kate anunció al entrar por la puerta del departamento. Al notar que Sofía estaba en la cocina, se dirigió hacia allá.
— ¿Tan pronto? Pensé que te quedarías más tiempo afuera —comentó Sofía.
— Decidí volver antes, quiero dormir un poco.
Ethan acababa de salir del departamento, pero él y Kate no llegaron a encontrarse.
Al ver que Sofía estaba lavando dos vasos y dos platos, Kate dedujo que Mateo había pasado por ahí.
— No me digas que tú y Mateo desayunaron juntos.
— Mateo no estuvo aquí, fue Ethan.
Kate se quedó paralizada al instante y miró a su amiga con una gran interrogante en el rostro.
— ¿Cómo así? —preguntó.
— No te preocupes, no pasó nada.
— ¿Pero cómo se encontraron?
— Me llamó y terminamos conversando.
— Sofía...
— Tranquila, ya te dije, no pasó nada —explicó—. De hecho, creo que después de la conversación que tuvimos aquí, ya no hay posibilidad de que pase algo.
— ¿En serio? —preguntó animada.
— Sí —respondió.
El semblante de Sofía estaba triste y parecía algo desa