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UNA NOCHE DE TORMENTA
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- ¡El olor es genial! - Sasha habla mientras ve a Occisor echar las especias picadas en la sartén con el fuego encendido - ¿Qué carne hay hoy?
- Alce.
La felicidad parece desbordar el pequeño cuerpo de la joven. Desde hace dos días, Occisor se muestra más susceptible a las interacciones con su compañero y, aunque sólo sean unas palabras a la hora de la cena, para Sasha ya supone una diferencia total. La sensación de soledad ha bajado un dos por ciento de su rutina.
- Ve a fregar los platos - ordena Occisor sin apartar la vista de la carne muy poco hecha que está preparando.
Aunque los paladares de los licántropos son diferentes a los de los humanos comunes, algunas especias hacen que la carne tenga un sabor más refinado. Los gustos suelen variar. A algunos les gusta mucho el pimentón, a otros la cebolla y a otros el ajo y así sucesivamente. A Occisor le gusta mezclar las especias, picar la cebolla, el pimentón y