Destinada a mi jefe Alfa
Destinada a mi jefe Alfa
Por: Laurann Kleypas
Capítulos 1: Una ruptura y un error

Scarlett

—¡Me estás echando!

La furia en mis palabras es solo un reflejo del dolor que estoy sintiendo ahora mismos.

Dany, mi novio o mejor dicho, mi futuro exnovio empuja la maleta que preparó en mi dirección.

—No tenemos futura Scarlett, tú no eres la mujer que quiero, no puedo estar más tiempo contigo.

—¿Por qué?—cuestiono—Que te hizo cambiar de repente?

Dany es mi jefe, nos conocimos hace cinco años en su empresa. Hemos tendió una relación maravillosa o al menos eso creía, pero ahora está prácticamente echándome de su vida.

—¿No te ves?—señala mi cuerpo—eres insignificante, ni siquiera te tomas el tiempo de vestirte correctamente y no sé cómo puedes vivir feliz en ese… ese puesto de secretaria de quinta.

—¿Es esa tu escusa?—Mi pecho duele—¡Tú me conociste así, no te importaba en que trabajaba porque ahora sí!

—Porque merezco algo mejor, no puedo vivir para siempre con una mujer sin aspiraciones—dice—quiero algo mejor, un CEO, no puedo andar con una secretaria que ni siquiera luce bonita—señala la puerta—solo lárgate por favor.

Quiero gritar, lanzarle algo o simplemente abofetearlo, pero no podría hacerlo sin que me viera llorar y no pienso darle ese placer después de lo que acaba de decir este maldito.

—Te vas a arrepentir de esto Dany, puedo conseguir lo que quiera—respiro profundo—te juro por dios que te vas a arrepentir.

—Bien, me arrepentiré, pero ahora lárgate de mi casa.

No respondo, salgo por la puerta justo cuando una mujer elegantísima sale del elevador y esa mirada de desdén que me lanza me hace voltear para ver dónde va. No me sorprende que se lance a los brazos de Dany, pero mi corazón duele cuando los escucho hablar.

—¡Por fin dejaste a la fea!

Sonríe ella.

—Como podría seguir con alguien así cuando te tengo a tí.

Bajo el autobús alejando el recuerdo de lo que pasó hace una semana, la rabia que aún carcome mis entrenas me hace caminar más a prisa hasta la empresa en la que espero conseguir un trabajo e intento no pensar en todas las mentiras que escribí en mi currículum.

Deje el trabajo después de lo que sucedió con Dany, estoy malviviendo en un hotel de quinta y aunque me juré a mí misma encontrar un puesto mejor y que pudiera darme el suficiente dinero como para restregarle en la cara a Dany que no era una fracasada cómo pensaba apenas si conseguí conseguir un buen lugar para vivir.

La empresa Woodworld es la mayor del país, se dedica a la importación de maderas preciosas y a la confección de artículos del mismo material.

El sueldo es bastante bueno, así que creí que podría al menos intentarlo, pero ayer en la tarde cuando me llamaron para la segunda entrevista no me lo podía creer.

Entro en el lujoso lobby de esta compañía, las paredes de madera desprenden ese olor delicioso que me recuerda a los bosques donde crecí y me dirijo rápidamente hasta la empleada en recepción.

—Buenos días, estoy buscando la sala de entrevistas para…

La mujer mueve sus ojos por mi ropa, no tenía mucho que ponerme, así que pensé que un vestido y una chaqueta estarían bien para acompañar mis zapatillas, pero quizás me equivoqué.

—sala dos del primer piso.

Dice con desdén antes de entregarme un gafete con la palabra «visitante» en él. Camino hasta la zona de ascensores y llamo dicho objeto. Mi móvil vibra, una notificación de I*******m hace que mi buen humor se vaya a la basura.

No sé por qué sigo a ese idiota en I*******m todavía, pero simplemente no soy capaz de resistirme a mirar su publicación.

La zorra por la que me cambió y él están sentados en algún café carísimo mientras ella muestra el anillo de diamantes en su dedo.

—¡Hijo de perra!

Gruño por lo bajo justo cuando la puerta del elevador se abre, entro en él sin despegar la vista del móvil y marco el primer piso antes de volver al celular.

No estoy tan mal, quizás no me arreglo lo suficiente, pero decir que necesitaba algo mejor es cosa que solo un patán haría, los sentimientos importan más que el estatus social y Dany  al parecer nunca lo vió así.

El elevador se abre de repente, muevo mis ojos al hombre que acaba de entrar en él y cuando sus ojos se encuentran con los míos algo extraño se clava en mi pecho.

El gruñe,sus ojos se achican y la furia más absoluta baña su rostro.No soy capaz de alejar mis ojos de él incluso cuando me lanza la mirada de odio más absoluta.

Lleva un suéter de cuello alto, la barba de tres días contrasta con la piel clara que rodea el azul de sus ojos y es tan alto que tengo que alzar ligeramente la cabeza para mirar su cara.

Lleva un pantalón de vestir que probablemente hace juego con la chaqueta colgada de su brazo. No puedo ver el nombre del gafete que trae colgando del bolsillo, pero asumo que es solo un empleado más porque lleva una bolsa con cuatro cafés.

—¿Piensa seguir mirándome así?—dice dejándome muda por la abreviado en su voz—es desagradable si viene de alguien como usted,ni siquiera debería estar aquí.

Abro y cierro mi boca, el tono de voz grave sería mucho más sexy si no me hubiese tratado tan despectivamente.

—No lo miraba—respondo enfadada—solo me sorprendió, es usted muy alto.

—Claro—bufa—puedo ver qué fue eso lo que le interesó 

Él mueve sus ojos por mí deteniéndose en mi ropa, cosa que me recuerda demasiado a Dylan y nuestra última conversación.

—¿Qué está insinuando usted?

Inquiero, el hombre se da la vuelta antes de voltear los ojos en mi dirección.

—Estoy diciendo que usted tiene escrito en la cara «problemas»—niega—si pensaba seducirme o conseguir alguna cosa está equivocada,usted no tiene posibilidad y si vino aquí para eso puede irse ahora mismo.

—¡Será imbécil!

Grito cabreada, él alza una ceja ante mi vocabulario, pero estoy ya demasiado furiosa con semejante prepotente.

—Mire, no sé quién es, no sé que razón le ha hecho pensar que quiero algo con usted, pero estoy aquí por trabajo, no estoy interesada en un sujeto molesto como usted y créame cuando le digo que usted no es nada agradable.

—¿Estás aquí para ser secretaria?—dice incrédulo después de pensar en mis palabras—¿Así vestida?

—Si¡Le importa!

—La verdad es que no—sonríe de una forma demasiado bonita para ser un hombre tan desagradable—pero su atuendo le resta bastantes puntos.

—No necesito ropa de algún tipo en específico para conseguir trabajo—le respondo—creo que un buen currículum y el conocimiento son lo que debería importar en empresas como está.

—Quizás para conseguir un nuevo gerente o socio, pero una secretaria—niega—para eso solo se necesita ser bonita.

¡Pero será maldito!

Mi mano se mueve por sí sola, toma uno de los cafés que tiene en la bolsa de papel y se lo lanzo sin importarme un infierno si está caliente o no.

—¡Es usted un imbécil!—grito justo cuando las puertas se abren—¡Si son como usted todos los empleados de aquí no puedo imaginar cómo será el jefe! ¡Es desagradable!

El ping del elevador suena Entonces, las doce mujeres que esperan en el pasillo nos miran y la chica rubia que sale con una carpeta en la mano prácticamente grita cuando ve al sujeto molesto tratar de limpiar el café que deje caer sobre su ropa.

—¡Señor Birdwhistle!—corre hasta los dos—¿Qué sucedió?

El hombre desagradable me mira antes de mirar a la mujer que se desvive por ayudarlo.

—esta aspirante a secretaria dijo que soy desagradable—responde—¿Cree usted que soy un mal CEO?

Mi mente se desconecta después de esas palabras, él coloca el gafete sobre su cuello antes de que se cierren las puertas del ascensor y me golpeo mentalmente por esta tremenda metedura de pata.

¡Es el jefe! ¡El maldito jefe!

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