—¡Ah!
Cuando le rasgaron la parte delantera del vestido, Sonia gritó con desesperación:
—¡Por favor, deténganse, por favor, deténganse!
—Jeje.
Los ojos de los dos hombres se volvieron aún más emocionados. ¡Nunca habían estado con alguien tan hermoso! ¡Hoy aprovecharían esa oportunidad para disfruta