—¡¿Qué has dicho?!
Félix sintió una repentina contracción en sus pupilas. Una asombrosa aura asesina brotó de su cuerpo.
Xavier no le respondió. Sus ojos negros estaban llenos de indiferencia, con una mirada fría y amenazante. Las cuentas serían liquidadas aquí y ahora.
—¡Estás buscando la muerte!