La noche caía lentamente, pero el estado de ánimo de Beatriz aún no mejoraba.
Carmen lo notó y mostró gran preocupación: —Señorita, ¿todavía te preocupa la llegada de Félix a Santavilla?
—Sí —afirmó Beatriz con un ligero suspiro.
—Entonces, ¿planeas regresar antes? —preguntó Carmen. Por un lado, ell