—¡Es la señorita Serrano! ¡Realmente es la señorita Serrano!
—¡Dios mío, es tan hermosa!
—¡Señorita Serrano! ¡Señorita Serrano!
La multitud estalló instantáneamente.
—Triana, ¡levanta su efusivo cartel rápidamente para que la señorita Serrano nos vea!
Uriel también se emocionó al instante.
—¡Sí, que