Esa noche.
Xavier, que se estaba preparando para bañarse, recibió una llamada telefónica de un número desconocido.
La llamada era de José. Su tono estaba lleno de respeto y temblor: —Señor… Señor Gran Demonio, ¿es usted?
¿Gran demonio? Xavier, al escuchar ese título, no pudo evitar levantar asombrad