Capítulo 0007
—¡Señor Chiva, le he traído el dinero que necesitaba! —Lorenzo Uriarte, sudando profusamente, se acercó a Xavier.

—¿Eres el gerente Uriarte, el director general? —Xavier miró a Lorenzo frente a él con calma.

—Puede llamarme Lorenzo, ¡Señor Chiva!

Lorenzo se secó el sudor de la frente y parecía angustiado: —Señor Chiva, ¿por qué no me ha avisado antes de venir? ¡Lamento mucho hacerlo esperar tanto tiempo!

¡El hombre frente a él era el superior directo de su jefe principal!

¡Podría decirse que las palabras de esta persona podrían determinar directamente su destino durante el resto de su vida!

—Gerente Uriarte, no tienes que estar tan nervioso. Además, no llegaste tarde, fui yo quien llegó temprano —dijo Xavier sonriendo.

Los ojos de Lorenzo se movieron, pensó que el joven señor Chiva sería alguien frío y sin sentimientos.

Sin embargo, no solo resultó ser amigable, sino que tampoco tenía aires de superioridad.

—Gracias, ¡Señor Chiva! —Lorenzo expresó su gratitud—: Señor Chiva, aquí tiene el efectivo que necesitaba.

—Llévatelo de vuelta por ahora, ya no lo necesito en este momento.

Xavier negó con la cabeza y le dijo: —Te hice venir en vano, lamento la molestia.

—No fue ninguna molestia en absoluto, ¡señor Chiva! —respondió Lorenzo con humildad—: Señor Chiva, ¿puedo preguntar qué sucedió hace un momento?

—No fue nada, solo un pequeño incidente. Por cierto, gerente Uriarte, ¿conoces a alguien llamado Uriel?

—¿Uriel Zamora?

Los ojos de Lorenzo se iluminaron y dijo: —¿Está hablando de él? Es el hijo mayor de la familia Zamora, una de las cuatro familias más grandes de la ciudad Santavilla. Su padre, Marcos Zamora, tiene algunos negocios en colaboración con nuestra empresa. Justo ahora, Uriel vino en representación de su padre para discutir la colaboración en un proyecto en la ciudad y propuso voluntariamente un descuento del treinta por ciento.

—Señor Chiva, ¿lo conoce?

—No lo conozco —respondió Xavier mientras negaba con la cabeza.

Sin embargo, Lorenzo sintió una chispa de intriga.

Como alguien que había ganado el favor de Héctor y había ocupado el cargo de director general del grupo, naturalmente no era una persona común.

Inmediatamente detectó el problema clave en las palabras de Xavier.

De manera aparentemente casual, dijo: —Señor Chiva, en mi opinión, Uriel y la familia Zamora quizás no tengan mucha sinceridad en esta colaboración para el proyecto. Tal vez deberíamos dar esta oportunidad a otros competidores.

—Umm. —Xavier asintió con la cabeza.

Lorenzo se sintió aliviado al pensar que no había cometido un error.

Luego, con respeto, le dijo: —Señor Chiva, ¿me permitiría mostrarle un recorrido por la empresa?

—La próxima vez, Gerente Uriarte. Tengo asuntos urgentes que atender en este momento. —respondió Xavier.

En su mente, todo lo que podía pensar era en el problema del prendedor que mencionó Triana. Según lo que dijo, una de sus amigas estaba involucrada en el asunto.

—Entendido, Señor Chiva. Cuando tenga tiempo, no dude en ponerse en contacto conmigo. ¡Aquí tiene mi tarjeta de presentación! —dijo Lorenzo mientras extendía sus manos con su tarjeta.

Xavier aceptó la tarjeta de presentación y sonrió: —Está bien, Gerente Uriarte. En el futuro, seguramente necesitaré su ayuda para gestionar la empresa.

—Señor Chiva, sería un honor servir a la empresa. ¿A dónde planea ir después, Señor? ¿Debería pedirle a mi conductor que lo lleve?

—No es necesario, iré por mi cuenta.

—Sí, señor Chiva.

Xavier asintió con la cabeza y se preparó para partir.

En la puerta de la empresa, de repente entró una mujer vestida con un largo vestido de color blanco hueso.

La mujer llevaba el cabello suelto, tenía una apariencia delicada y elegante, y parecía tener alrededor de unos veintitrés años.

Ella caminaba rápido y parecía estar apurada, casi chocando de frente con Xavier.

—¡Lo siento! —La chica levantó la cabeza y se disculpó con Xavier.

Los ojos de Xavier se iluminaron al mirar a la mujer frente a él, sintiendo una extraña sensación de familiaridad, a pesar de que nunca se habían visto antes.

La chica no le dio mucha importancia y tampoco tenía la cabeza para pensar en otras cosas.

Después de disculparse con Xavier, se dirigió hacia el ascensor. Sin embargo, sus ojos se posaron justo en Lorenzo, que estaba junto a Xavier, y una expresión de alegría cruzó por su rostro.
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo