Aunque intenté dormir no pude hacerlo, estuve pensando en Izan, sus ideas, en todo en lo que me estoy metiendo y las palabras de la carta de Julieta rondan en mi mente a cada momento.
-Buenos días - saluda Izan sentadose en la cama cuando los primeros rayos solares se asoman por la ventana de nuestro cuarto.
-Hola, Buenos días ...- respondo con un hilo de voz, intentando no sonar trasnochada.
-¿Que pasó, porque estás con esa cara? - pregunta analizandome mejor.
-Por nada,- respondo rápidamente intentando que no se de cuenta de mi preocupación- es que estoy un poco entusiasmada y algo ansiosa con lo que me tienes preparado en la Toscana.
-¿Solo por eso? - pregunta alzando una ceja - podría jurar que estás preocupada y hasta triste.
-Te estas equivocando - respondo rápidamente poniéndome de pie - Vamos chico hermoso, es hora de irnos.
-Muy bien - responde entusiasmado, aplaude dos veces mientras se pone de pie - me ducho, tomo las pastil