Julio sintió un fuerte nudo en la garganta. Un contrato… ¿Qué más necesitaban entre ellos?
Preocupado de que Silvia no estuviera dispuesta a quedarse, le respondió con gran renuencia: —Escríbelo tú primero.
Si lo que ella escribía no estaba bien, él definitivamente no lo aceptaría.
Después de cambia