Ni siquiera esperó a que Natalia explicara la situación y colgó el teléfono.
Natalia, furiosa, apretó las palmas de sus manos. Ese niño malcriado de Ramón incluso tuvo el descaro y se quejó con su familia.
Ella reflexionó con mucho cuidado, su caída definitivamente tuvo algo que ver con esos niños.