—Te divierte engañarme, ¿verdad? ¿Esto te lo enseñó Luis?
Los ojos de Julio se enrojecieron mientras se lo preguntaba con cada palabra pronunciada lentamente.
Afuera, la lluvia caía a grandes cántaros, y cerca de los oídos de Silvia, se oía un fuerte sonido de retumbar continuo. Ya no fingió amnesia