Natalia escuchó justo la última frase, y le parecía algo extrañada.
Adrian no era alguien entrometido, bromeó un poco y no le dijo nada en absoluto a Natalia sobre el regreso de Silvia.
Natalia, con buen tacto, no le preguntó más, pero en su corazón comenzó a resentir a Adrian en completo silencio