Ulisses intenta explicarse, pero es inútil.
Alfonso cree fríamente que su nieto es impotente.
-Amélia es una niña dulce, que sueña con tener una familia, tú no estás capacitado para tener este puesto, tendré que buscar a alguien que sea el marido de Amélia.
-¡Amélia es mi esposa!
-No más, la perdiste.
No supe cuidar la rara joya que recibiste de la mano.
-Vamos, me quiero ir, no soporto este olor a hospital.
Amélia y tú dormisteis hoy en mi casa, no quiero estar sola.
-¡Tienes que permanecer bajo observación!
-Voy a contratar una enfermera para que me atienda, pero en mi casa llama a Davi, necesito preguntarle algo urgente.
Tan pronto como Ulises sale de la habitación, entra David.
Ulisses se sienta donde está Amélia.
El silencio se rompe cuando Amélia pregunta por Alfonso.
-¿Como está él?
- ¡Está bien, vuelve a casa hoy!
-Entonces me iré
-No, dijo que tenemos que regresar todos juntos a su casa.
-¿Por qué querría eso?
-No lo sé, ya sabes que el abuelo es un poco impredecible.
-I