LARS
Conocer cada espacio de la piel de Martina fue todo un descubrimiento, tal vez es por algo a lo que no estaba acostumbrado y acabó por gustarme y no me refería a su físico, sino en lo que representaba este.
Hacía muchas Nochebuenas que no me la pasaba tan bien como lo hice esta última. Al día siguiente ella volvió a deslumbrarme y me hizo vivir la navidad al amanecer y vimos que estaba nevando. Parecía un niño pequeño al ver un pequeño regalo sobre la chimenea de la casa.
Flashback.
Con una sonrisa de lado y ella junto a mí, abrí el envoltorio de la caja y me encontré unos elegantes guantes de cuero de la marca Hestra—. Pensé que te quedarían muy bonitos con tu abrigo negro— dijo ella y embozó una sonrisa que causó una desesperación en mi mirada que no aguanté más y la besé ferozmente.
—Eres increíble, pero no debiste molestarte.
—Mi jefe me pagó antes de navidad. Me lo puedo permitir— concluyó y eché la cabeza hacia atrás para reírme. Ella sacaba mi lado tierno.
—Que atento es t